Saturday, January 26, 2008

Muñeca de Cera, Muñeca de Sonido

Soy una muñeca de cera, una muñeca de sonido.
Mi corazón está grabado en mis canciones,
Muñeca de cera, muñeca de sonido.
¿Soy mejor, soy peor que una muñeca de salón?
Veo la vida de rosa caramelo,
Muñeca de cera, muñeca de sonido.
Mis discos son un espejo
En los cuales cualquiera puede verme.
Estoy en todas partes a la vez,
Quebrada en miles de gritos.
A mi alrededor, oigo reir a las muñecas de trapo,
Las que bailan mis canciones,
Muñeca de cera, muñeca de sonido.
Ellas se dejan seducir por un si, por un no.
El amor no existe más que en las canciones,
Muñeca de cera, muñeca de sonido.
Mis discos son un espejo
En los cuales cualquiera puede verme.
Estoy en todas partes a la vez,
Quebrada en miles de gritos.
A solas a veces suspiro,
Me digo: "Por qué
Cantar así al amor sin razón
Sin saber nada de chicos?"
No soy más que una muñeca de cera, una muñeca de sonido,
Bajo el sol de mis cabellos rubios,
Muñeca de cera, muñeca de sonido.
Pero algún día viviré mis canciones,
Muñeca de cera, muñeca de sonido,
Sin temer al calor de los chicos,
Muñeca de cera, muñeca de sonido.

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Monday, January 21, 2008

Tos nerviosa

Toso mucho últimamente. Lo hago a golpes intermitentes y muy discontinuos, sin encadenar un tirón de tosidos destacable. Da una sensación de tos ambigua y poco fiable, como si la estuviese fingiendo para llamar la atención, o como si no supiera toser. Aparece camuflada a veces entre mis palabras, o discretamente entre un suspiro y una risa. Pero siempre se manifiesta a lo largo del día arañando mi garganta y rayando el aire, esperando un eco de las paredes.
- Eso es tos nerviosa- dice mi hermano, como si fuera un experto en toses.
- Qué tontería. Yo no estoy nervioso- respondo yo, lleno de razón y tranquilidad. A esto mi hermano añade con toda su experiencia en tos y léxico:
- Tú no. Pero tu tos sí.
Esta conversación me conduce a plantearme demasiadas cosas. Yo, el señor calma total, mister tranquilo, no puedo permitirme tener tos nerviosa. Es cierto que el hecho de intentar acercarme al lujo del mileurismo me lleva a marcarme objetivos ciertamente trotones y precipitados, pero mi lema es mantener la calma y la sonrisa. Por las mañanas mi objetivo es mantenerme aceptablemente pedagógico y paciente ante preguntas disparatadas durante seis horas, intercalando algún minuto contado para hacer fotocopias que me permitan sujetarme a ejemplos productivos. Es sólo una cuestión de cabeza en su sitio, aunque sin pausa para dosis de cafeína. Por la tarde, los objetivos cambian, y entre tres y media y nueve la misión pasa a ser llegar a tiempo a cada clase, para lo cual necesito conducir como Said Aouita por carreteras estrechas o lanzar mis pies por las calles del centro como Ayrton Senna en los 100 metros mariposa. Alcanzado el objetivo de la puntualidad, habrá que recordar qué asignatura debo impartir en cada caso... y creo que con eso llego a conformarme. Entre tanto, voy dejando resquicios de mi tos por las aulas, casas y rincones.
Todo esto no explica nada. The Quiet Man remains Quiet. Las cosas vienen a complicarse al final del día. Mi momento de relax se combina con la hora de corregir exámenes y decido que mientras califico saco un disco de la chistera y escucho algo de música (antes solía guardar los discos en la piscina, pero el número de discos ha crecido y sólo hay espacio para ellos en el inagotable fondo de una chistera). Saco uno al azar, y sale el Pet Sounds de los Beach Boys. Hacía tiempo que no lo escuchaba, pero una vez más me provocó una sensación de melancolía extraña. Es una delicia de disco. Se dice que es un antecedente del Sgt.Pepper de los Beatles, y probablemente es cierto, pero la comparación es irrelevante, no se sostiene. El segundo disco al azar fue Lenny Kravitz, un acústico (también conocido como unplugged) que no había escuchado y que resultó bastante disfrutable y desconcertantemente bluesero. Aunque a decir verdad, el siguiente disco al azar dejó en mal lugar a Lenny Kravitz. Un tipo al que no tenía demasiado clasificado, Ben Harper, me dejó anonadado y sin más remedio que hacer una pausa en la corrección de exámenes. Cualquier estilo es su estilo, es tan dulce como desgarrado, pausado y loco a la vez, tiene mil voces, mil sonidos. Tuve que repetir tres veces su versión de "The drugs don't work" de The Verve, porque no me lo podía creer. Proseguí corrigiendo exámenes con un disco de un grupo de versiones llamado Nouvelle Vague. Sus ritmos de bossa nova son encantadores, y su selección de canciones a versionar es imprevisible y fantástica. Mucho más imprevisibles son Fire Arcade, mi siguiente disco, y lo de Carmen Paris, el siguiente, ya es el colmo de la versatilidad.
Cuando terminé de corregir mis exámenes sonaba el jazz de Abbey Lincoln. Era la una de la mañana, pero casi no podía resignarme a dejar de sacar discos. El tiempo del día se me agotaba, al día siguiente tendría que estar preparado para la consecución de objetivos, bien temprano y despierto, pero de mi chistera salía Miriam Makeba, y Neil Young, y Gastelo, y Nadadora, y los Dandy Warhols, y Muse, y Elvis Costello, y Van Morrison, y The Small Faces, y Paris Combo, y Marvin Gaye, y Amy Winehouse, y Super Furry Animals, y Beck, y Korn, y Os Mutantes, e Iván Ferreiro, y The Gossip, y Quique González, y Radiohead, y Nina Simone, y Sidonie, y Aimee Mann, y George Harrison, y Elliott Smith, y Antony and The Johnsons, y Rufus Wainwright, y Aterciopelados, y Lila Downs, y Françoise Hardy, y Pauline en la playa, y Stone Temple Pilots, y Marlango, y Madredeus, y Jorge Drexler, y Caetano Veloso, y Pulp, y Nick Drake, y The Hives, y Aute, y Los Pretenders, y The Who, y Portishead, y Fela Kuti, y Funkadelic, y Cocorosie, y Mercedes Ferrer, y Luar na Lubre, y Cesaria Évora, y Mercedes Sosa, y Joan Baez, y Feist, y The Stooges, y Miles Davis, y Ray Charles, y Siwel, y Edith Piaf, y Nubla, y Lantana, y Eva Cassidy, y Sagi Rei, y Led Zeppelin, y Etta James, y Pearl Jam, y Sarah Vaughan, y Silvio...
Pero se acaba el día, prácticamente se acaba la vida y no me da tiempo. Me quedo inevitablemente dormido entre inevitables toses. No habrá jarabe que funcione ante semejante historia interminable. Una ingente cantidad de artistas de talento escalofriante siguen agolpándose en mi chistera. No podré disfrutarlos a todos como quisiera, y me quita sueño, me desespera, me enerva... Bueno, a mí no. A mi tos.

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Saturday, January 19, 2008

Literatura breve.

Brais tiene grandes y elaborados planes. El destino ha reservado un lugar destacado para su nombre en el prime time de la inmortalidad. Sin embargo, al terminar esta historia breve, sólo le ha dado tiempo a encender un cigarrillo.

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Thursday, January 17, 2008

OjOs

He estado probando a ver cuánto soy capaz de abrir los ojos. En el primer intento no he estado mal, y los he abierto como un buho. Con esta disposición, fui capaz de ir por la calle reconociendo la tristeza de cada cual, señalando incertidumbres en los pasajeros del bus y diagnosticando silencios a los precipitados.
Después abrí un poco más los ojos, esta vez como un dibujo animado japonés. Así, dejé de ver fantasmas, incluso comencé a verme a mí mismo en mis dos versiones, real o de ficción, asintiendo ante tanta evidencia, celebrando los equívocos de toda vida anterior.
Pero todavía fui capaz de abrir un poco más los ojos, digamos que como platos llenos de océano y fideos, y una amplitud escalofriante empezó a expandirse ante mi vista, una enormidad intolerable que bloqueaba cualquier otro detalle, una plenitud deslumbrante, vasta, autosuficiente y tan confusa que...
...me obligó a abrir un poco más los ojos, hasta que mis cuencas se voltearon, mis párpados se inhibieron agotados, se apagaron las luces, se pidió un aplazamiento, sus ojos se cerraron. Fue en ese instante cuando comprendí todo.



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Saturday, January 12, 2008

Adiós

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12 días de enero


No puedo permitirme el optimismo, pero claro, ser pesimista no está muy cotizado, tampoco me vale la pena.
Ser realista me sale bastante caro, cada dosis de sensatez me supone donar espontaneidad en trueque.
Me subo a una rama en la que me siento bastante cómodo, desde la que sólo se me ocurre decir frases como "no hay que perder la calma", o "cómo voy a estar contento, si tampoco he llegado a estar triste".
El problema está en que a pesar de llevar doce días de enero, para mí todavía no ha empezado un nuevo año. Me he quedado estancado en 2007. Desde luego que supone todo un fastidio, sobre todo porque no acabo de entenderme con mis semejantes cuando utilizan expresiones como "este año" o "el año pasado". Todo lo que escribo son textos pertenecientes al pasado, todas mis ideas son ideas caducadas, el aire que respiro ya había sido consumido con anterioridad. Dale a update, me gritan aquéllos que quieren ayudarme, pero no hay manera.

La maldición de estar atrapado en 2007 sólo tiene una explicación. Nadie me ha contado un chiste en este año. No sé cómo es posible, pero sólo así podré incorporarme a 2008 con todos los demás. Así estoy, cual Cenicienta, esperando que venga un chistoso a despertarme del día de la marmota.



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Thursday, January 03, 2008

Un chao a los cuatro vientos


Queridos, el momento ha llegado. Todos sabíamos que así sería, no hay que estar tristes. Cuando regrese quiero ver todo como a mí me gusta, con una decoración austera y cuadros de Cezanne en las paredes. Me gustaría que mientras tanto se me recordase como a aquel alocado adolescente que lanzaba piedritas a los cristales de las alcobas. Suena Laura Nyro mientras me despido asumiendo la carga de mi nueva responsabilidad.
Me voy a hacer roscones de reyes.

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Wednesday, January 02, 2008

Concierto de Año Nuevo

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