Friday, November 21, 2008

La grieta

Recuerdo la primera vez que la grieta de la pared de mi cuarto me mordió. Fue un descuido por parte de ambos. Yo no me di cuenta de que ella estba allí, con la boca casualmente abierta y llena de dientes, y ella apenas era consciente de lo que hacía cuando se encontró masticando en mis carnes. El suelo, inocente testigo del incidente, se regó con un hilillo de sangre y cal, símbolo de una desfloración terriblemente mutua y accidental.
Es cierto que desde entonces yo avanzo por mi cuarto lentamente rozando mi piel contra la blanca pared, y que la grieta me espera, disimulando, pero con su fisura bien dispuesta a hincar. A veces simulo un tropezón que me hace acabar con todo mi cuerpo sobre la hendidura, y ella simula un acto reflejo de su colmillo para hendirlo en mí suave pero firmemente, hasta que no sólo el suelo, sino también los muebles, la lámpara y los cristales de la ventana se tiñen de la emanación de nuestras savias, mi roja sangre, su blanca tiza.
De esta manera, yo me difumino lentamente, gota a gota. Ella abre su orificio, grano a grano, dibujando con precisión mi silueta. Prácticamente es mi cuerpo entero el que tiene espacio dentro de su boca. Pronto me ofreceré, como un plácido sacrificio, y de un solo y certero bocado seré engullido para siempre, digerido en el estómago de una pared que desaparecerá por la inmensidad insaciable de su grieta.

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Wednesday, November 19, 2008

Consuelo cuántico

Una amiga acaba de preguntarme si sé qué significa el título de la nueva película de James Bond, "Quantum of Solace", y ni idea. Alguna pedantería, tratándose de una peli de James Bond. La verdad es que ni siquiera me suena muy inglés. Investigando, me encuentro con que la pedantería es mayor incluso de lo que pensaba. "Quantum" (cuanto) en física cuántica denota el valor mínimo que puede tomar una determinada magnitud en un espacio físico. Y dado que "Solace" significa "consuelo", vaya, la traducción correcta debe ser, como todos habíamos sospechado, "Cuánto sol hace", pues nada consuela más que una pizca de rayo de sol en lo más crudo del invierno. Como me aburro soberanamente con las pelis del Bond, aseguro que no indagaré ni un quantum más en todo esto, y trataré de buscar algo de solaz en otros ámbitos. En la canción de su banda sonora, por ejemplo.

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Tuesday, November 18, 2008

Misterios sin resolver de mi adolescencia

Se me daba bien el inglés en el instituto. De hecho, creo que era lo único que se me daba bien. Pero eso era todo. Recuerdo que un día el profesor de inglés de 1º de BUP me llamó y me dijo:
- Oye, ¿por qué no tiras de la clase para arriba?
- ¿El qué? -pregunté yo, confuso.
- Que tires de la clase para arriba, ya me entiendes.
- Pues no...
Y no, no entendía lo que ese profesor me estaba pidiendo.
Ahora que yo mismo soy profesor de inglés, comprendo lo que me quería decir. Lo que no comprendo es por qué demonios el profesor Saturnino Queipo pensaba que con mis 14 años iba a comprender de qué trataba aquella misión que me encomendaba, y lo que definitivamente ignoro es qué habría visto en mí para pensar que podría llevarla a cabo.

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Sunday, November 09, 2008

Durmiendo bajo la lluvia

No sé muy bien qué ocurrió.
Quizás desaparecí un instante, y nadie se apercibió de mi ausencia.
O tal vez, aparecí de repente, y nadie notó mi presencia.

En cualquier caso, da lo mismo. Nada de eso habla a mi favor de mi cuerpo. No sé si soy un espectro o un error de raccord. Parte del escenario o la gota de lluvia de la manguera de bomberos. Yo mismo o mi reflejo en el espejo.

Entonces, sólo para contrariar, en medio de la lluvia llevo mi cama a la calle. La luna está en un cuarto creciente hacia la jauría y la demencia, pero yo ya me he afiliado a todas sus promesas. Hago surf con el colchón, los caudales que inundan las calles son mi canal de comunicación, y aún dormido navego sobre las plumas y las flores y las nubes. Nadie me ve, pero todos me saludan. Me ofrecen sus paraguas, y es que llueve a toneladas de perros y gatos, y de agua bendita, todo es una bendita inundación que cala los huesos de los diosaurios del museo. Yo declino las ofertas de refugio, lo absorbo todo, atraigo toda esa lluvia, bebo y empapo mis venas, han empezado a brotar flores en mis manos, arbustos en mis brazos, maleza en mi vientre, y ya soy Dafne bajo la lluvia, y mi colchón es el bosque de Arden.
Cuando escampa, no hay nada. Ni nadie. Yo seguiré desaparecido, probablemente esperando a aparecer en el espejo cuando ese maniquí que usa mi cuerpo decida mirarse en él. Quizás en algún lugar que nadie conoce estoy durmiendo, esperando la lluvia. Allí tampoco hay nada. Ni nadie. Bueno, sí, quizás allí hay (soy) un bosque.

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Sunday, November 02, 2008

Mitocondrias despeinadas

El Comandante Finch había capturado a tres alienígenas. Los había metido en una bolsa y había regresado al planeta dispuesto a demostrar que había vida más allá de la Tierra.
La NASA los metió en un laboratorio y los analizó. Qué feos eran. Y qué despeinados estaban. Después de muchos análisis, muchos informes, muchas reuniones e incontables discusiones, llamaron al Comandante Finch y le dieron la noticia:
-Nadie sabrá lo de los extraterrestres. Será un secreto de estado. Los esconderemos y jamás hablaremos de ellos.
Finch no salía de su indignación. Era su descubrimiento. Tantos años de trabajo en busca de la gloria, tanto esfuerzo en sus viajes espaciales, tanto riesgo en la captura, para nada.
-Compréndalo, Comandante Finch. La humanidad no está preparada para esto. Esos tres alienígenas son demasiado feos.
-Eso es porque están despeinados... venían en una bolsa -replicaba Finch. -Traigan un peine y verán como la cosa mejora.
-Es inútil. Hemos probado con todo tipo de peines y cepillos, con miles de gominas, fijadores, pero es imposible. Hasta los peluquines que les probamos acaban despeinándose.
-¡Que traigan a los mejores peluqueros del mundo!
-No es ése el problema, Comandante. Nos tememos que es una cuestión genética. Hemos estudiado sus células y... bueno, en ellas no había nada destacable, en síntesis son similares a las humanas. La única diferencia está dentro de las células eucariotas, ahí está la causa de ese aspecto desaliñado.
-No me vengan con monsergas. Qué tienen que ver las células...
-Permítame explicárselo, aunque es algo insólito. Verá, esencialmente no hay nada raro en ellos, lo podrá usted mismo comprobar a través del microscopio... si se fija en el citoplasma, ve, todo es normal, sin embargo, fíjese usted en las mitocondrias... están como...
-¡Despeinadas!
-Exactamente. Verá, no hay explicación científica a ese hecho, y debemos concluir que si esos seres están inevitablemente despeinados es porque sus mitocondrias lo están también. No queremos dar esa explicación tan vergonzosa e inverosímil al mundo de la ciencia, y además... están tan feos...

El Comandante Finch dejó de trabajar para la NASA poco después y desapareció durante un tiempo. Jamás habló con nadie de la existencia de vida despeinada en otros planetas. Se rumorea que ha sido visto trabajando en una peluquería y que no hay cabello rebelde que se le resista.

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