Wednesday, April 29, 2009

Servidora (que tú no te has ido)

Y tú me dirías, "vaya, qué silencio se ha hecho por aquí", pero en el fondo sabrías el porqué perfectamente. Claro, es que a mí esto no se me da bien, y estaba claro que el siguiente post no iba a ser otro que éste, y no me sale, y no me gusta hacerlo, y no me vas a escribir un comentario en él. Pero a pesar de todo, aquí estoy, dándole al teclado, escribiéndoTE, imaginándoTE en algún lugar desde donde puedes leer esto, y reirte o mandarme al cuerno.
Que no se me da bien no es una excusa y lo sabes porque hay demasiadas cosas que no se me dan bien, como ir dejando comentarios en los posts de otras personas, ni siquiera responder a los comentarios que otras personas dejan en los míos. Lo mío es la parábola, la parabólica y la lección falsa, así que todo esto me pilla a pie cambiado y a punto de negar las evidencias, una vez más. Pero la evidencia es esta vez más persistente y brutal que nunca, y me lleva a enredarme en este post que no hace más que atascarse en la garganta.
La última vez que te vi te despediste y dijiste "nos leemos". Te fuiste en un coche y yo me quedé bajo la lluvia con una extraña premonición de ésas a las que nunca hago caso. No sé por qué, pero la tuve. A continuación, todo se precipitó, todo se echó encima demasiado rápido, unos cuantos mails, unos cuantos sms, unos cuantos posts, y de repente... El Silencio.
Porque este blog no será igual. Faltará algo. Faltará mucho, porque tus comentarios lo mejoraban, porque mis incoherencias obtenían de repente otro matiz, porque me conducías a descubrir otros terrenos, porque me sorprendías con cualquier gracia inesperada.
Y claro, TU BLOG. Tu blog al que no dejaba de acudir cada noche aunque apenas dejase nunca comentario alguno (porque no se me da bien), y que ahora está tan lleno de merecidas flores.
Pues eso. Que como a mí lo que se me da bien es todo lo otro, si escribo este post, es por el absurdo motivo de que inconscientemente espero encontrar en cualquier momento un comentario tuyo en él, al igual que entro en tu blog cada día y estúpidamente espero leer un nuevo post tuyo, que tú no te has ido, Servidora. Qué sé yo, mis cosas...

Labels: , ,

Monday, April 13, 2009

Créditos


Cada noche, cuando estoy en cama a punto de dormirme, demoro el sueño unos instantes, apenas unos segundos antes de rendirme definitivamente. Jamás abandono al ojo de mi mente al incontrolable mundo del inconsciente sin que antes lea los títulos de crédito del día.

Labels:

Friday, April 03, 2009

A contrabarranca

- ¡Los mechinales, los mechinales! ¿Dónde están los mechinales?

Su voz reptaba como alfileres sujetos a una fuerza magnética para después toparse con un precipicio implacable y trizarse en mil pedazos contra un suelo lleno de mil alfileres rotos a su vez en mil pedazos estruendosos.
Y yo, con mi ataque de pánico debido a las circunstancias, con los ojos apunto de esconderse debajo de sus bolsas cómodas y acuáticas. No es la cobardía el impulso que siguen mis tácticas del contragolpe, sino el nerviosismo delirante de una rama que se caerá de un árbol por culpa de una urraca. Respondo cualquier cosa con tal de que me dejen a solas con esta fauna tan tiernamente interna. La voz infausta persistía en su manía, intratable, exigente, intransigente.

- ¡Los mechinales, señor mío! ¡Ya se lo he dicho! ¡Los mechinales!
- Lo más parecido que tengo es esta grulla.

Era un infierno de mosquitos conmovidos el que ovacionó mi respuesta, pero nada más en aquella desértica isla pareció apreciar nada, por mucha brillantez que pudiese asomarse de mi réplica.

- ¡Un ángulo recto! ¡Tienen que formar un angulo recto en esta pared! ¡Respete usted la simetría! ¡Disponga los mechinales correctamente! ¡Los mechinales!

Pero la única pared disponible era mi blanca espalda recién pintada a lengüetadas de sol y jazz. Algún arbusto había jugueteado con ella, alguna uña la había cobijado, alguno de mis aliados mosquitos se había detenido a beber, pero las leyes de supervivencia exigían ahora aquel sacrificio extremo, y la voz del poderoso entre poderosos proclamaba.

-¡Vamos! ¡Los mechinales!

Y ahora los vidrios mostraban su fracaso. Y las olas dejaban de salirse de su mar. Y todo lo que algún día quise no era más que un experimento fallido, y todas las palabras tenían un solo y evidente significado, y se tomó la decisión de que ya había suficiente música, suficientes sonrisas, y quedó terminantemente prohibido tropezar o hacer equilibrios. Tanteando el terreno, quise rebelarme, simulé un malentendido, un juego de palabras, un resbalón, un cumpleaños, un teatro, pero sin duda todo aquello estaba a contrabarranca. Era cierto, lo único que se necesitaba era

-¡Los mechinales!

Labels: ,

Creative Commons License
This work is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivs 3.0 Unported License.