La búsqueda

LLevo unos días buscándome a mí mismo. Sentí la necesidad de encontrarme, de dar conmigo y mirarme firmemente a los ojos para poder identificar a ese ser díscolo y medio huraño que hay en mí, y si es posible, enfrentarme a él. Una búsqueda así es siempre una labor ardua y a veces frustrante, pero ésta llegó a buen puerto. Por fin me encontré. Ese ser díscolo y huraño estaba debajo de la cama, y según dijo, él también me estaba buscando a mí.