No Digas Tonterías

Mucho se ha escrito ya acerca de cómo consiguió Cotten hacer frente a las dificultades que conllevaba el tener dos manos izquierdas, y mucho se ha elucubrado acerca de en qué momento apareció esa extraña mano, palmípeda y reversible que le permetía abofetear las dos mejillas de un rostro de un solo golpe. La teoría predominante hace mención a ese infausto accidente con la trampa para ardillas cuando él y Orson Welles preparaban una broma a Loretta Young. Otros afirman que Cotten fue víctima de una sencilla mutación. Esta teoría, promovida por David O. Selznick en su obra "Cotten, ese mutante", se ve corroborada por una conversación recogida por periodistas de la época entre Rhonda Fleming y Carole Lombard que decía así:
RHONDA: Este Joseph, qué buen mutante.
CAROLE: Sí.
Los más escépticos sugieren la teoría de que en realidad Rhonda Fleming nunca dijo la palabra "mutante", sino "muchacho". Algunos, entre ellos mi abuela, niegan que la mano derecha de Cotten fuese una mano izquierda. Esta curiosa corriente de pensamiento se resume en las palabras de mi abuela, recogidas ayer mismo:
ABUELA: No digas tonterías.
Sea como sea, la figura de Joseph Cotten sigue hoy en día siendo un misterio que seguiremos analizando en próximos estudios.
Labels: cine
0 Comments:
Post a Comment
<< Home