Hay que estar loco para estar cuerdo
Se había termninado la gomina. Desesperado, busqué por todos los cajones, dentro de la bañera, debajo de las alfombras, detrás de los azulejos, sobre los tejados. Finalmente di con el frasco de Betadine. Créanme, desde entonces no uso otra cosa, hasta en las cejas, en las pestañas y en el vello excesivo e indeseable. La fijación obtenida supera con creces a la de la gomina, y el nuevo color es extraordinario. Con mercromina no se consigue, no lo intenten.
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