Un error de los planetas.
Nació un 7 de septiembre. Le pusieron de nombre Alberto y de signo del zodiaco Virgo. Creció con la responsabilidad de soportar la carga de su signo y siempre trató de ser un Virgo modelo. Trataba de ser ordenado y puntilloso en todo lo que hacía, y pretendía ser lo más hipocondríaco posible. Se mostraba, como buen Virgo, reservado y distante con la gente a la que quería, pues eso era lo que su signo le dictaminaba. Pero se le notaba cierta pose en sus actitudes. Cuando actuaba espontáneamente, ninguna de estas características salía a relucir. Entonces, si se daba cuenta de que estaba dejando de ser un perfecto Virgo, se esforzaba mucho más en ser meticuloso, exigente y ordenado, lo cual lo conducía a una pantomima en el comportamiento terriblemente molesta y fuera de lugar. Y comenzó a ser cada vez más consciente de ello. Ser Virgo no era lo suyo. De hecho, veía cada vez más claramente que su tendencia natural era la de ser Acuario. Él trataba de ocultarlo, e insistía en actuar como debía, pero las pautas de Virgo solían difuminarse con más asiduidad, y el ramalazo Acuario aparecía constantemente. Estos cambios continuos de actitud lo sumieron en una profunda depresión que llegó a convertirse en crisis de identidad. Sufría constantes cambios de humor, raptos de ansiedad y severos sarpullidos por toda la piel. Se temía que pudiera sufrir cierta esquizofrenia. Una vez, en una playa, casi se ahoga, estando en la arena. Rápidamente se metió en el mar, y se recuperó. Entonces lo vio claro. Los planetas se habían confundido con él. Se irguió entre las olas del mar, y por fin, en su primer acto valiente y rebelde de toda su vida, salió del armario zodiacal y gritó a los cuatro vientos:
-¡Soy Acuario! ¡Acuario!
Lo último que se sabe de él es que tenía la idea de ir a las oficinas del registro a cambiarse la fecha de nacimiento.
-¡Soy Acuario! ¡Acuario!
Lo último que se sabe de él es que tenía la idea de ir a las oficinas del registro a cambiarse la fecha de nacimiento.
Labels: mi otro yo, trucos
3 Comments:
Se intercambia, temporalmente, un 27 de Enero por un 7 de Septiembre.
Se exigen, a tal efecto, los correspondientes mareos, ahogos, esquizofrenias y paranoias que dicha permuta conlleva... o no... o qué sé yo...
Mira que si me gusta después no te lo devuelvo, eh...
Recuerda que el 'acaparador' era yo... ¿a que ya has hecho el cambio y no me he dado cuenta? :-S
o no... o qué sé yo...
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