Saturday, November 17, 2007

El 2 de agosto.

Fue un 2 de agosto, de eso todo el mundo está seguro. La gente se atropellaba por las calles y llegaba a la plaza empujando y farfullando. Algunos pretendían ayudar, otros sacar tajada, otros ser testigos, cada uno con su peculiar visión de la vida. Aquello no pasó desapercibido para nadie, y desde entonces, el pueblo nunca ha vuelto a ser el mismo. Las primeras voces que se alzaron sugirieron que, dado que aquello había sido un milagro, la plaza fuese llamada desde entonces "Plaza del Milagro". Muchos se opusieron radicalmente, alegando que aquello de milagro nada, que en todo caso había sido un accidente, y si acaso la plaza podría llamarse "Plaza del Accidente", o bien "de la Eventualidad". Surgió una tercera corriente que argumentaba que no había ni milagro ni accidente, pues lo sucedido se trataba de una lógica consecuencia de los actos acaecidos anteriormente, y que de una vez por todas, deberían destapar una placa en la plaza con el título "Plaza del Determinismo". La discusión en la que el pueblo se enzarzó fue interminable. Se habló de culpar a los bomberos o a un perro, se propuso mandar un mensaje de agradecimiento al presidente de la república francesa, algunos plantearon la conveniencia de organizar en el acto una feria en la que se expusiesen todos los relojes y despertadores del pueblo, pues sin duda el paso del tiempo era un factor que había estado presente durante los hechos acontecidos desde el minuto uno hasta la fecha, y ése fue el razonamiento más irrefutable y el que menos repercusión tuvo aquel día.
Cuando llegó el momento de las conclusiones, no hubo ninguna. La discusión arrasó toda coherencia con un torbellino asolador de palabras contradictorias. Los que al principio se mostraban optimistas regresaban a casa sumidos en una deseperante negatividad, y los más indecisos acabaron por querer mantener su incondicional punto de vista a toda costa, y quemaron fotos del alcalde.
A día de hoy, los habitantes del pueblo no se dirigen la palabra, sólo ciertas miradas llenas de suspicacia en el rabillo del ojo. Si se les pregunta por lo sucedido el 2 de agosto, mantienen un silencio despectivo, lleno de calladas blasfemias, y les invade el recelo y la confusión, pero jamás dan una respuesta. La versión oficial dada por los organismos locales es que nadie recuerda qué sucedió aquel día, y desde mi modesto punto de vista, yo creo que es cierto.

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3 Comments:

Anonymous Anonymous said...

very good.I can not speak spanish.sorry!!!

Saturday, 17 November, 2007  
Blogger servidora said...

¿Y si le llamaran "Plaza del Congreso de los Diputados"? ;-)

Monday, 19 November, 2007  
Blogger PepeDante said...

Bueno, no sé si en realidad han caído tan bajo...

Tuesday, 20 November, 2007  

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