Monday, September 29, 2008

Ella no cree en la duración (II)

Hace algún tiempo que Emma se siente perdida, desesperada. Dice que Pedro, su marido, no la comprende, o que ella no lo comprende a él. Que Pedro se comporta de manera muy extraña, que no es el mismo de siempre.
-Habla en sueños. Cada noche dice cosas más raras -me contó ayer entre sollozos.
-¿Y qué dice? -le pregunté yo.
-Cosas incomprensibles. Habla sobre sangre de putas, y pelos de vírgenes. Yo creo que me engaña con otras.
No tardé en reconocer el mismo poema que yo mismo había soñado la noche anterior. Pedro lo había soñado también.
-¿Sabes qué ha estado leyendo Pedro últimamente? -traté de indagar.
-¿Pedro? Pero si no ha abierto un libro en su vida.
-Entonces, ¿no está familiarizado con la literatura alemana de posguerra?
-¿Qué?
-Nada, olvídalo.
Decidí no explicarle a Emma nada relacionado con mi sueño, o con el significado de las palabras de su marido. Por el contrario, lo que decidí hacer fue consolarla, seducirla con mis malas artes, llevármela a la cama y hacerle el amor hasta altas horas de la madrugada. Yo no desaprovecho un momento de debilidad.
Después de una noche que no olvidará, Emma se durmió. Más tarde, fue ella la que en sueños recitó el poema de Heinrich Böll.

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2 Comments:

Blogger pasaxeira said...

genial!

Monday, 29 September, 2008  
Blogger Don Serafín said...

Carroñero... o no... o qué sé yo...
;-)

Wednesday, 01 October, 2008  

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