Wednesday, September 01, 2010

Piano-cocktail

Imagínense que un día descubren que existe una máquina del tiempo. O ese anillo que vuelve invisible al que se lo pone. O la lámpara de los deseos. O la Estrella de la Muerte. O Macondo.
Pues eso me sucedió a mí aquel día en Berna. Quizás haya mencionado antes que uno de mis libros de cabecera es "La espuma de los días", de Boris Vian, un agridulce cuento surrealista, derroche de imaginación y sensibilidad. Pues bien, aquella tarde en Berna descubro en medio de la calle uno de los elementos de la imaginería de este libro, un piano-cocktail.
El protagonista de "La espuma de los días" había inventado este artefacto con el que preparaba sus cócteles tocando el piano, es decir, que según la melodía que tocase y las teclas que pulsase, saldría un cóctel u otro, con la peculiaridad de que si la melodía era amarga, su cóctel también saldría amargo, y si su música era animosa conseguiría un cóctel chisposo.
En esta ocasión, era una pianista la que poseía semejante invento en medio de una calle de Berna. Se disculpaba en francés de no saber hablar alemán, e invitaba a escoger una melodía y a bebérsela. Tan pasmado estaba yo con este hallazgo y tan conmovido por ver semejante cosa surgida de las páginas de mi querido libro, que créanme que se me escaparon las lágrimas. Me acerqué a la pianista y le dije en francés que conocía su piano porque... aunque ya fue ella quién completó mi frase...había leído a Boris Vian, lo que pareció llenarla de alegría. Escogí una canción titulada Marguerite, con tequila, limón, cointreau y naranja, y después hice girar una ruleta para saber cuánto pagaría por el cóctel. Me salió el cóctel gratis, como no podía ser de otra manera, pero hubiese pagado alegremente lo que fuera. Bebí el cóctel con calma, y después de un rato me marché también lentamente, como si estuviera en un sueño y tuviese que tener mucho cuidado de no despertarme.




2 Comments:

Blogger pasaxeira said...

¿Cómo se puede reflejar aquí dos ojos como platos y la boca entreabierta? Pues eso. Aunque en este blog nunca sé si hay una línea clara que divida lo real de la ficción, me encanta saber/pensar que estas cosas suceden.

Wednesday, 01 September, 2010  
Blogger Laura said...

La espuma de los días es también mi libro favorito de Boris Vian, así que me he quedado flipada -me imagino cómo debiste de quedarte tú.

Thursday, 02 September, 2010  

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