Saturday, December 02, 2006

Diciembrismo

Canción de la venganza del marinero

Somos dos marineros,
Los únicos supervivientes de nuestro barco,
En la barriga de una ballena.

Sus costillas son el techo,
Sus tripas son la alfombra,
Supongo que tenemos algo de tiempo.

Seguro que no me recuerdas,
Yo era un niño de tres años,
Y tú un muchacho de dieciocho

Pero yo te recuerdo,
Y te relataré
Cómo nuestras historias se entrelazan.

Entonces tú eras un grumete y un vividor
Que gastabas todo tu dinero en putas y apuestas.

Tenías un aire encantador,
Sencillo y elegante,
Que mi viuda madre encontraba tan dulce.

Así que te acogió en sus sábanas,
todavía calidas del cuerpo de mi padre,
Ahora llenas de suciedad y enfermedad.

Pasó el tiempo y tú demostraste ser
Un desastre borracho y lleno de deudas
Convirtiendo a mi madre en una tísica infeliz.

Y luego desapareciste,
Dejando únicamente tus deudas del juego.

Después el juez
Reclamó nuestra pequeña propiedad
Y mi pobre madre se volvió loca.

Un día, en primavera, mi querida pobre madre murió.
Pero antes, tomé su mano mientras ella, muriendo, gritó:

"Encuéntralo, maniátalo,
Átalo a un poste
Y rompe sus dedos en astillas,
Arrástralo a un agujero,
Hasta que despierte, desnudo,
Arañando el techo de su tumba".

Me llevó quince años
Tragarme todas mis lágrimas
Entre los golfos de las calles.

Hasta que un monasterio
Se compadeció y me contrató
Para mantener su sacristía limpia.

Pero ni una sola vez, en el empleo de estos hombres santos,
Nunca jamás se me fue de la cabeza la idea de la venganza.

Una noche escuché
Al sacristán intercambiando unas palabras
Con un penitente cazador de ballenas.

El capitán de su barco,
Que encajaba con tu descripción,
Era conocido por su gratuita crueldad.

Al día siguiente embarqué en un navío,
Y en el silbido del viento casi pude oír:

"Encuéntralo, maniátalo,
Átalo a un poste
Y rompe sus dedos en astillas,
Arrástralo a un agujero
Hasta que despierte, desnudo,
Arañando el techo de su tumba.

Hay una cosa que debo decirte:
Mientras navegas por el mar
Siempre tu madre te cuidará
Mientras llevas a cabo esta venganza."

Y aquella fatídica noche,
Te tuvimos a vista
Después de veinte meses en el mar.

Tu barco frente al nuestro,
Yo limpiaba mis mosquetes,
Cuando vino este estruendo desde las profundidades.

El océano se agitó,
El cielo se volvió negro,
Y el capitán temblaba.

Y ante nosotros surgió la furiosa mandíbula
De una ballena gigante.

No sé cómo sobreviví,
Toda la tripulación fue masticada viva,
Debí colarme entre sus dientes.

Pero, ¡oh, la providencia!
¡Qué divina inteligencia!
Que tú sobrevivieras al igual que yo.

Da a mi corazón un gran placer ver tus ojos llenos de miedo.
Así que acércate, y susurraré las últimas palabras que oirás.




Esta es la traducción que he hecho de una canción de The Decemberists, grupo diferente donde los haya y que vale la pena escuchar. Letras inteligentes, irónicas, miles de instrumentos musicales y combinación de distintos géneros. Yo desde luego ya me he hecho diciembrista.

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1 Comments:

Blogger Paperback said...

Esta canción me recuerda mucho a una historia que me acabo de inventar que se llama: "Quedamos en el Duodeno".

Sunday, 03 December, 2006  

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