Amor eterno
Ciegamente juramos ofrecernos amor eterno. A la larga, cuando vimos que el concepto de eternidad resultaba algo vago y farragoso, decidimos que valdría la pena mantener la promesa de amor eterno si le hacíamos un resumen. Así, deshaciéndonos de las redundancias, eliminando lugares comunes, y recortando cierto metraje prescindible, conseguimos un amor eterno más manejable y abarcable, de bolsillo. La idea cuajó entre muchos amantes y mercaderes, alguien tuvo la ocurrencia de ponerle un nombre francés y ahora venden "Amour éternel" en las perfumerías en pequeños frascos a treinta euros, y a cincuenta con un poco más de eternidad.
Labels: enfermedad, pepedanterías
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