12 días de enero
No puedo permitirme el optimismo, pero claro, ser pesimista no está muy cotizado, tampoco me vale la pena.
Ser realista me sale bastante caro, cada dosis de sensatez me supone donar espontaneidad en trueque.
Me subo a una rama en la que me siento bastante cómodo, desde la que sólo se me ocurre decir frases como "no hay que perder la calma", o "cómo voy a estar contento, si tampoco he llegado a estar triste".
El problema está en que a pesar de llevar doce días de enero, para mí todavía no ha empezado un nuevo año. Me he quedado estancado en 2007. Desde luego que supone todo un fastidio, sobre todo porque no acabo de entenderme con mis semejantes cuando utilizan expresiones como "este año" o "el año pasado". Todo lo que escribo son textos pertenecientes al pasado, todas mis ideas son ideas caducadas, el aire que respiro ya había sido consumido con anterioridad. Dale a update, me gritan aquéllos que quieren ayudarme, pero no hay manera.
La maldición de estar atrapado en 2007 sólo tiene una explicación. Nadie me ha contado un chiste en este año. No sé cómo es posible, pero sólo así podré incorporarme a 2008 con todos los demás. Así estoy, cual Cenicienta, esperando que venga un chistoso a despertarme del día de la marmota.
Labels: mi otro yo, pepedanterías
5 Comments:
Dice que van dos... ¡y el del medio se cae! :-)
Feliz año nuevo ;-)
(¿vale? :-D)
Ostras, tú me quieres hacer retroceder en el tiempo... Feliz 1998. Jaja.
Vaya, me siento rejuvenecer XDDDD
"Así estoy, cual Cenicienta, esperando que venga un chistoso a despertarme del día de la marmota."
Eso sí que ha tenido gracia. A Cenicienta no hay que despertarla, sólo hay que ponerle los zapatos. A quien hay que despertar es a Blancanieves o a la bella durmiente.
Vaya, ¿y quién eres tú, la hermana Grimm?
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