Un Texto de Otro Caos
El caso es que mi amiga invisible debió de detectar algo porque el regalo que me hizo fue un vale para ir al spa. Supongo que las yemas de mis dedos me delatan, que las uñas me crecen miserablemente dejando un halo deslumbrante de frustración, que mis pelos se doblegan ante una obnubilación quasi-castrante... Total, tú al spa.
Y ya que estamos, por qué no, me apunto a una sesión de masaje relajante e integral, que la próxima vez que me vean no me confundan con el señor Scrooge o el abominable lemur menguante. Después de buscar todos los ángulos posibles entre los chorros de agua y mis huesos y casi desaparecer entre las burbujas del jacuzzi, me tumbé boca abajo en la camilla para disponerme a recibir mi merecido masaje. En seguida la masajista me sacó de mi error. Ponte bocarriba, dejamos la espalda para el final. Fue entonces cuando pude oír con claridad las palabras de otro de mis amigos: AL MASAJE VE CON EL ARMA DESCARGADA, QUE LUEGO PASA LO QUE PASA...
Demasiado tarde. Me coloco bocarriba, la masajista me coloca una toalla sobre el pecho y comienza el masaje... por los pies. No sé si les he hablado de mis pies. Probablemente se hayan dicho muchas cosas acerca de ellos, pero lo resumiré escuetamente: son el centro sensorial de mi cuerpo. Apreté fuerte los ojos, pero en cuanto aquellos dedos hicieron contacto sobre la planta, no hubo mucho que hacer. Todas las corrientes sanguíneas se desbocaron en direcciones opuestas, los insectos internos despertaron con un ataque de nervios y urgieron a la carrera su vuelo hacia el eje motriz (¿el cerebro? lo dudo). En cualquier caso, allí se declaró con urgencia el estado de erección. En cinco palabras. I NE VI TA BLE. En estas circunstancias, consideré que lo mejor era disimular y no darle importancia al asunto. Mantener la calma. Esconder la vergüenza y disfrutar del masaje. Al fin y al cabo, era una masajista y seguro que no era la primera vez que se le daba la circunstancia. Todo es normal, todo es normal... Bueno, dentro de un orden, ustedes ya me entienden.
Lo que trato de justificar con esto que les cuento no es otra cosa que el texto en sí. No importa qué título lleve este blog, no importa si quiero amargar cada palabra con sus peores connotaciones, es indiferente si rimo o novelo. Quizás nadie quiera arreglarlo, tampoco estropearlo, puede que lluevan carcajadas o me desespere con el rayo de luna. Puede que incluso este texto no pertenezca a este caos, apuesten por ello. Lo importante es que si ahora escribo palabras que se enlazan esbozando un argumento, proyectando incoherencias, imitando sonidos chirriantes o compsaivos, que todo sirva para mantener la sangre borbotando. Nada más. El masaje terminó conmigo boca abajo, mientras las manos de mi masajista dictaban todas estas palabras sobre mi espalda. Supongo que es ella quien ha escrito todo esto. Así lo parece. Todavía hay criterios elevados que así lo confirman.
Labels: palabras, secretos de confesión
6 Comments:
FELIZ NAVIDAD!
FELIZ AÑO!
FELICES LETRAS!
... y escribe esa novela ya, no?? jejeje Un besazo
:-P
Feliz navidad para ti también, Baubita, entre los propósitos del 2008 estará escribir una novela... jajaja. Casi mejor lo dejo para los del 2009.
Besos :-)
El día que Cat Ballou te de un masaje en los pies 'vas flipar, neno'... o no... o qué sé yo...
Llegué a este, tu caos, porque tienes "amanece que no es poco" en tu perfil, y desde entonces te leo y disfruto, así que fue una grata sorpresa ver un comentario tuyo en mi blog. Hala, a seguir disfrutando de la navidad... jeje.
PepeDante, sabía que tarde o temprano caerías en comparar este blog con una erección. No tardarás en compararlo con la masturbación... ¿o lo has hecho ya?
Don Serafín, no creo, yo más bien hago cosquillas.
Muy feliz 2008!
Un saludo.
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