En Un Pueblo Italiano
Cuando era pequeño lloraba con la canción de Marco. O sea, la de esa serie de dibujos llamada "De Los Apeninos a Los Andes". Todos la sabemos, "en un puebloooo, italianooo...". Esa. No es que sea una canción triste, es que es una putada de canción. Yo lloraba y lloraba, no me limitaba a poner pucheros o soltar una lagrimilla; daba gritos de tristeza y mi llanto lo empapaba todo. A mis padres les hacía gracia mi angustia ante esa canción, y se dedicaban a canturrearla todo el día. Yo volvía a llorar, ya no sé si tanto por la tristeza de la canción o por ver que mis padres se querían divertir a mi costa con semejante falta de tacto. El caso es que yo lloraba, y aquello empezó a convertirse en un espectáculo, pues mis padres comenzaron a llamar a parientes y vecinos para que comprobaran el increíble fenómeno. Encendían la tele en el momento preciso en que los dibujos empezaban, y contemplaban divertidos la situación. Que no era la hora de los dibujos y había una visita en casa, pues allá iban... "mira, mira como hace el niño: en un pueblooooo italianooooo..." Creo que hubo un momento en que yo ya lloraba para no hacer quedar mal a mis padres, en una especie de apología del "show must go on".
Labels: secretos de confesión
1 Comments:
Los niños son imprevisibles, una vez me enseñaron una caricatura de Jordi Puyol. Yo tendría poco mas de un año y muchos meses, me empecé a reír y mis padres no sabían por qué y entonces la sorpresa fue que dije: "Es Jordi Puyol!"
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