Ensaladilla
Coger número para poder pedir vez es algo que o te lo tomas con paciencia... o te lo tomas con paciencia, no hay más posibilidades. Cojo número, me sale el 455, y van por el 315, así que lo dicho. Paciencia. Como veo que además van despacito, decido que lo mejor es ir a la cafetería y esperar tomando un café.
La cafetería del hospital está casi vacía. Mientras pido un café noto que me ha entrado el hambre, así que cojo un plato de ensaladilla en el auto-servicio. Tiene un sabor raro, como si se hubieran pasado con el vinagre, pero no está mal. Decido coger otra tapa, la devoro en veinte segundos y vuelvo al hall del hospital a mirar si ya se han acercado a mi número.
340. A este ritmo me puedo pasar toda la mañana ahí , y definitivamente donde mejor estoy es en la cafetería, y una vez en ella, pues no veo por qué no tomarme otra tapa de ensaladilla. La verdad es que está muy buena, y no puedo resistirme a tomar otra a continuación.
Cuando acompañaba con pan el último bocado de mi plato, entra un conocido en la cafetería. Trae el número 515, también tiene tiempo y paciencia que gastar. Me dice que todavía van por el número 370, por lo que se sienta conmigo y nos tragamos un par de tapas de ensaladilla.
Salgo de la cafetería, y para mi sorpresa, se me ha pasado la vez. De pronto, ya están en el número 470, así que no me queda más remedio que coger otro número. Me toca el 580. Me mentalizo en armarme de paciencia, regreso a la cafetería, y sin planteármelo demasiado, cojo un par de platos de ensaladilla. Supongo que, de hecho, aún ahora estoy allí. Si se pasan por la cafetería del hospital de Ferrol, soy el de la boca pringada de mayonesa, el que se zampa ración tras ración.
La cafetería del hospital está casi vacía. Mientras pido un café noto que me ha entrado el hambre, así que cojo un plato de ensaladilla en el auto-servicio. Tiene un sabor raro, como si se hubieran pasado con el vinagre, pero no está mal. Decido coger otra tapa, la devoro en veinte segundos y vuelvo al hall del hospital a mirar si ya se han acercado a mi número.
340. A este ritmo me puedo pasar toda la mañana ahí , y definitivamente donde mejor estoy es en la cafetería, y una vez en ella, pues no veo por qué no tomarme otra tapa de ensaladilla. La verdad es que está muy buena, y no puedo resistirme a tomar otra a continuación.
Cuando acompañaba con pan el último bocado de mi plato, entra un conocido en la cafetería. Trae el número 515, también tiene tiempo y paciencia que gastar. Me dice que todavía van por el número 370, por lo que se sienta conmigo y nos tragamos un par de tapas de ensaladilla.
Salgo de la cafetería, y para mi sorpresa, se me ha pasado la vez. De pronto, ya están en el número 470, así que no me queda más remedio que coger otro número. Me toca el 580. Me mentalizo en armarme de paciencia, regreso a la cafetería, y sin planteármelo demasiado, cojo un par de platos de ensaladilla. Supongo que, de hecho, aún ahora estoy allí. Si se pasan por la cafetería del hospital de Ferrol, soy el de la boca pringada de mayonesa, el que se zampa ración tras ración.
Labels: enfermedad, trucos
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