Agotando al tiempo
Me tendí en la cama, agotado, una vez más, bajo el yugo de Bob, mi díscolo cansancio que ha aparecido de manera imprevista en el mes de julio. Pero esta vez, no me dejé someter a su voluntad. Empleando el truco de la coca-cola logré engañarlo, unté mis venas con cafeína, le hice el regate cola de vaca y escapé de casa, dejando a Bob tumbado en cama, componiendo su cintura. Pisé el acelerador hacia la ciudad de cristal y los milagros, donde me informaron de la cantidad de ofertas que me hacían. Conciertos diversos, teatros en las calles, en interiores, magia en cada esquina, exhibiciones de simpatía y etcéteras artísticos y diversos. Adoro todo eso, pero... vamos a ver, acabo de huir de Bob, y si me entrego a tanta maravilla lo más normal es que me encuentre. He de proceder con discreción. Comencé con un tranquilo concierto de la cantante ferrolana María Manuela. Tranquilo sí, pero conmovedor también. Si no viviésemos en una tierra donde valoramos tan poco lo que tenemos, ésta sería nuestra Dulce Pontes.
Mis temores se hicieron realidad al salir del concierto. Bob merodeaba de esquina en esquina tras mis pasos. Lo mejor sería no apretar. Se hacía de noche, y si él no me alcanzaba todavía me quedaría tiempo para algo más. El tiempo es mío, y no se agota... Tenía que tomar una decisión, pero eran tantas las posibilidades que parecía imposible. Mis pies circulaban sin sentido, buscando la nueva opción, pero en realidad lo hacían por el temor de ser atrapados. Mal asunto. Escapar era la decisión errónea. Acabé cometiendo el error de salir corriendo por la plaza, lo cual permitió a Bob hacerse conmigo una vez más.
- Vámonos a casa. A la cama. Necesitas dormir.
Las frases favoritas de Bob. Asumí su razón y eso fue lo que hice. El tiempo se agotó definitivamente. Valió la pena el truco de la coca-cola para poder apreciar a María Manuela, y tendré que estar preparado para sucesivos intentos de fuga y engañar a Bob. Lucharé contra él mientras pueda, a ver quién vence a quién, a ver quién agota antes al tiempo del otro.
Mis temores se hicieron realidad al salir del concierto. Bob merodeaba de esquina en esquina tras mis pasos. Lo mejor sería no apretar. Se hacía de noche, y si él no me alcanzaba todavía me quedaría tiempo para algo más. El tiempo es mío, y no se agota... Tenía que tomar una decisión, pero eran tantas las posibilidades que parecía imposible. Mis pies circulaban sin sentido, buscando la nueva opción, pero en realidad lo hacían por el temor de ser atrapados. Mal asunto. Escapar era la decisión errónea. Acabé cometiendo el error de salir corriendo por la plaza, lo cual permitió a Bob hacerse conmigo una vez más.
- Vámonos a casa. A la cama. Necesitas dormir.
Las frases favoritas de Bob. Asumí su razón y eso fue lo que hice. El tiempo se agotó definitivamente. Valió la pena el truco de la coca-cola para poder apreciar a María Manuela, y tendré que estar preparado para sucesivos intentos de fuga y engañar a Bob. Lucharé contra él mientras pueda, a ver quién vence a quién, a ver quién agota antes al tiempo del otro.
Labels: mi otro yo, música, secretos de confesión
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