¿Dónde?
Siempre estás buscando. El primer sitio en el que miras es debajo de la cama, como si allí fuera a parar todo lo que se pierde. Abres y cierras cajones a velocidad compulsiva, no creo ni que te dé tiempo a ver qué hay dentro. A veces creo que buscas por el simple hecho de buscar, sin esperar encontrar nada. Abres armarios de golpe y los cierras con violencia, como si te decepcionase su interior, te lanzas al suelo y miras debajo del frigorífico, ignorando a las hormigas que habitan debajo. Tampoco te satisfacen los pequeños seres que hay bajo la lavadora. Te incorporas de un salto y buscas entre la cubertería, vacías todas las alacenas, pero nada te convence. De pronto, como si hubieses tenido la mejor ocurrencia de toda tu vida, te vacías los bolsillos del pantalón, de la camisa y de la chaqueta, dejando todo un manojo de objetos inútiles sobre la mesa. Los manoseas analizándolos superficialmente y te desesperas ante su inoportunidad. Te detienes un segundo a respirar, a pensar, revuelves tus cabellos, ahí tampoco hay nada, te miras al espejo, abres la boca, rebuscas muela a muela, alcanzas a divisar hasta la glotis y cuando te hartas de no encontrar comienzas a sospechar que quizás si haces eso que se dice de abrir el alma o el corazón... Pero no. O que dejando de buscar, quizás... Pero tampoco.
Labels: mi otro yo
2 Comments:
Espero, por lo menos, que lo hayas vendido... barato.
y cuándo te buscas a ti mism@? eso sí que es una locura, no hay cajón que valga!
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