Vomitar
Lo peor de vomitar el cerebro de esta manera sobre ustedes es que a la larga no parece un cerebro. Es difícil distinguir entre un cerebro vomitado y unas tripas vomitadas, y claro, por mucho que yo insista en que todo lo esparcido con más o menos éxito del desorden es completamente neuronal, el asunto es bastante sospechoso, por su olor a bilis y entrañas alocadas. Y además, qué demonios, no es la primera vez que una víscera se quiere hacer pasar por un seso, así que qué sé yo, tampoco les aseguro nada. En cualquier caso, qué importancia puede tener, cuando lo verdaderamente llamativo es el acto de la regurgitación en sí, porque después todo carece del don de la inmediatez y la oportunidad, sumergiéndose en pesadas contradicciones repeticiones onanismos.
Vamos, que lo que quería decir es que el otro día vi a Miss Camiseta Mojada 1991. Le iba bien, aunque ya se le había secado la camiseta.
Vamos, que lo que quería decir es que el otro día vi a Miss Camiseta Mojada 1991. Le iba bien, aunque ya se le había secado la camiseta.
Labels: palabras
2 Comments:
Tus camisetas mojadas del año 1991... eh... no comprendo la conexion...
No te creas que es tan fácil distinguir: el otro día María me explicaba que una compi del cole llevó un "amododewáter" lleno de un "amododeblandiblupconcositasdeporespán" que se suponía que eran los vómitos de Schrek... y, claro, con esto que dices ahora ya no sé ¿y si era el cerebro?
Ays...
Por cierto, ¿tú no sabías que esto del blog era una terapia..? :-)
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