BabelJazz

Se camina despacio entre la multitud que se detiene a contemplar los puestos de Portobello Road Market. Empiezo a tener hambre y no sé si comprar una de esas inmensas salchichas alemanas, un paquete de gambas chinas, o un plato de paella. Se oye jazz procedente del puesto de discos. De pronto empieza a llover, la gente abre sus paraguas, los puestos extienden sus plásticos protectores, pero el ritmo lento de la calle permanece, nadie apremia un paso, nadie se mueve de la cola del puesto de salchichas.
En treinta segundos dime cuántos idiomas eres capaz de oír. Pongo oídos. Me han sobrado diez, pues a los veinte segundos ya había escuchado todos los idiomas del mundo e incluso alguna variedad dialectal. Babel se llama ahora Portobello, aunque no por ello hay confusión. Todo lo contrario, pues lejos ya del puesto de discos, todos los idiomas del mundo y las variedades dialectales se fusionan creando una inesperada armonía, y suena a jazz en Portobello cuando nos deslizamos lentamente entre los puestos, y bajo la lluvia, nuestros idiomas se convierten en las casuales notas de una melodía jamás escrita.